Por: Jaime Arizmendi
(AGENCIA NOTISIFA).- Iatrogenia, muerte por el desdén oficial en el Sector Salud… De acuerdo al cada vez más famoso y consultado portal de Wikipedia, en medicina se llama iatrogenia a cualquier tipo de alteración del estado del paciente producida por el médico. Se deriva de la palabra iatrogénesis que tiene por significado literal 'provocado por el médico o sanador' (iatros significa 'médico' en griego, y génesis: 'crear').
La iatrogenia es un estado de enfermedad causado o provocado por los médicos, tratamientos médicos o medicamentos. Este estado puede también ser el resultado de tratamientos de otros profesionales vinculados a las ciencias de la salud, como por ejemplo terapeutas, psicólogos o psiquiatras, farmacéuticos, enfermeras, dentistas, etcétera. La afección, enfermedad o muerte iatrogénica puede también ser provocada por las medicinas alternativas.
Desde un punto de vista sociológico hay tres tipos de iatrogenia: iatrogenia clínica, social y cultural. Hasta aquí lo que plantea en términos generales este excelente sitio en la Internet, ahora veamos que en la realidad que se vive en nuestro país, existen instancias, otrora modelos de seguridad social para el mundo, se han ido convirtiendo en verdaderos viacrucis para sus "derechohabientes".
Mucho se habla de los avances conseguidos en materia presupuestal, particularmente de los recursos públicos destinados a las instituciones dedicadas a la salud en el país. Sin embargo, pocos funcionarios reconocen las fallas y creciente escasez de medicamentos y de equipo que padecen los hospitales de los organismos oficiales, concretamente los del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El miércoles 30 de abril, ingresó al Hospital Regional de Zona No. 29 del IMSS, el señor Carlos García Pérez, jubilado de Luz y Fuerza del Centro y enfermo de diabetes a sus 67 años de edad, quien fue conducido a este nosocomio con un problema respiratorio que lo tenía a punto de un infarto al miocardio.
Pese a ello, al cuarto día, el domingo siguiente, se le veía notablemente mejorado en su salud; no obstante, el personal médico encargado de su atención eludió retirarle el sistema de entubamiento con el cual le daban respiración artificial. Se le veía como olvidado en su cama, la número 234.
Para el lunes 5 de mayo, su esposa exigió a médicos le reportaran la situación de su cónyuge, y "alguien" de los médicos le confesó en forma particular que requería un medicamento, pero el hospital no contaba con el mismo. Ante ello, la señora buscó la manera de conseguir el dinero necesario y acudió a comprarlo a una farmacia cercana para ponerlo a disposición del nosocomio.
Pero nada. A nadie en el hospital se le ocurrió ordenar se aplicara el medicamento recomendado al enfermo. Al día siguiente, el martes 6 de mayo, la esposa de don Carlos pidió hablar con el director del nosocomio, pero una de sus asistentes le dijo que no la podía recibir, aunque eso lo haría el subdirector médico. En la oficina de éste "servidor público" se le informó a la señora que el asunto lo revisaría un tercer asistente, quien le expuso atenderían su petición.
Pero otra vez nada sucedió. Para el miércoles 7 de mayo, los familiares del señor García Pérez, desesperados al notar que su paciente presentaba una visible complicación, en lugar de mejorar en su salud, acudieron a la representación del Sindicato Mexicano de Electricistas y médicos del Hospital Regional de Zona No. 26, desde siempre dedicado a la atención de los miembros de ese gremio sindical.
Fue entonces cuando se optó por el traslado del señor Carlos García Pérez hacia este último centro hospitalario. Sin embargo, todo resultó en vano. Al parecer el mal ya estaba hecho. Comentarios de otros galenos que pidieron guardarlos en el anonimato, revelaron a los familiares que la inadecuada atención del enfermo no les permitiría salvarlo.
Así, antes de las 20:00 horas del jueves 8 de mayo, el enfermo dejó de existir. De nada sirvieron las quejas planteadas ante la autoridad del Instituto Mexicano del Seguro Social. Lo peor es que este lamentable viacrucis lo sufren a diario miles de derechohabientes no sólo ante la indolencia oficial, sino sobre todo, debido a la creciente carencia de recursos para contar con los medicamentos y el equipo adecuado.
Ahora, veremos qué opinan sobre este asunto los peritos de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico. Alguien debe responder tanto de esta como de las muchas situaciones en que la "iatropatogenia" causa el fallecimiento de un paciente, se origine, o no, en la desatención médica. ¿O qué opina usted? Don Juan Molinar Horcasitas…
Por haber encontrado que este asunto tenía mayor prioridad, decidimos dejar pendiente el trema de los "invencibles guarros del gober mexiquense", cuya actitud ha empezado a provocar una creciente distancia entre la gente del estado de México y el por ahora todavía hombre fuerte de Atlacomulco… Hasta la próxima y gracias por sus comentarios y quejas
(AGENCIA NOTISIFA).- Iatrogenia, muerte por el desdén oficial en el Sector Salud… De acuerdo al cada vez más famoso y consultado portal de Wikipedia, en medicina se llama iatrogenia a cualquier tipo de alteración del estado del paciente producida por el médico. Se deriva de la palabra iatrogénesis que tiene por significado literal 'provocado por el médico o sanador' (iatros significa 'médico' en griego, y génesis: 'crear').
La iatrogenia es un estado de enfermedad causado o provocado por los médicos, tratamientos médicos o medicamentos. Este estado puede también ser el resultado de tratamientos de otros profesionales vinculados a las ciencias de la salud, como por ejemplo terapeutas, psicólogos o psiquiatras, farmacéuticos, enfermeras, dentistas, etcétera. La afección, enfermedad o muerte iatrogénica puede también ser provocada por las medicinas alternativas.
Desde un punto de vista sociológico hay tres tipos de iatrogenia: iatrogenia clínica, social y cultural. Hasta aquí lo que plantea en términos generales este excelente sitio en la Internet, ahora veamos que en la realidad que se vive en nuestro país, existen instancias, otrora modelos de seguridad social para el mundo, se han ido convirtiendo en verdaderos viacrucis para sus "derechohabientes".
Mucho se habla de los avances conseguidos en materia presupuestal, particularmente de los recursos públicos destinados a las instituciones dedicadas a la salud en el país. Sin embargo, pocos funcionarios reconocen las fallas y creciente escasez de medicamentos y de equipo que padecen los hospitales de los organismos oficiales, concretamente los del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El miércoles 30 de abril, ingresó al Hospital Regional de Zona No. 29 del IMSS, el señor Carlos García Pérez, jubilado de Luz y Fuerza del Centro y enfermo de diabetes a sus 67 años de edad, quien fue conducido a este nosocomio con un problema respiratorio que lo tenía a punto de un infarto al miocardio.
Pese a ello, al cuarto día, el domingo siguiente, se le veía notablemente mejorado en su salud; no obstante, el personal médico encargado de su atención eludió retirarle el sistema de entubamiento con el cual le daban respiración artificial. Se le veía como olvidado en su cama, la número 234.
Para el lunes 5 de mayo, su esposa exigió a médicos le reportaran la situación de su cónyuge, y "alguien" de los médicos le confesó en forma particular que requería un medicamento, pero el hospital no contaba con el mismo. Ante ello, la señora buscó la manera de conseguir el dinero necesario y acudió a comprarlo a una farmacia cercana para ponerlo a disposición del nosocomio.
Pero nada. A nadie en el hospital se le ocurrió ordenar se aplicara el medicamento recomendado al enfermo. Al día siguiente, el martes 6 de mayo, la esposa de don Carlos pidió hablar con el director del nosocomio, pero una de sus asistentes le dijo que no la podía recibir, aunque eso lo haría el subdirector médico. En la oficina de éste "servidor público" se le informó a la señora que el asunto lo revisaría un tercer asistente, quien le expuso atenderían su petición.
Pero otra vez nada sucedió. Para el miércoles 7 de mayo, los familiares del señor García Pérez, desesperados al notar que su paciente presentaba una visible complicación, en lugar de mejorar en su salud, acudieron a la representación del Sindicato Mexicano de Electricistas y médicos del Hospital Regional de Zona No. 26, desde siempre dedicado a la atención de los miembros de ese gremio sindical.
Fue entonces cuando se optó por el traslado del señor Carlos García Pérez hacia este último centro hospitalario. Sin embargo, todo resultó en vano. Al parecer el mal ya estaba hecho. Comentarios de otros galenos que pidieron guardarlos en el anonimato, revelaron a los familiares que la inadecuada atención del enfermo no les permitiría salvarlo.
Así, antes de las 20:00 horas del jueves 8 de mayo, el enfermo dejó de existir. De nada sirvieron las quejas planteadas ante la autoridad del Instituto Mexicano del Seguro Social. Lo peor es que este lamentable viacrucis lo sufren a diario miles de derechohabientes no sólo ante la indolencia oficial, sino sobre todo, debido a la creciente carencia de recursos para contar con los medicamentos y el equipo adecuado.
Ahora, veremos qué opinan sobre este asunto los peritos de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico. Alguien debe responder tanto de esta como de las muchas situaciones en que la "iatropatogenia" causa el fallecimiento de un paciente, se origine, o no, en la desatención médica. ¿O qué opina usted? Don Juan Molinar Horcasitas…
Por haber encontrado que este asunto tenía mayor prioridad, decidimos dejar pendiente el trema de los "invencibles guarros del gober mexiquense", cuya actitud ha empezado a provocar una creciente distancia entre la gente del estado de México y el por ahora todavía hombre fuerte de Atlacomulco… Hasta la próxima y gracias por sus comentarios y quejas
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