*¿Y tu piruli Ebrard?
Por: Juan Chavez
(AGENCIA NOTISIFA) La mediocracia es, a resumidas cuentas, lo único que constituye el sumum de los actores políticos.
Lo sustantivo, la esencia para los señorones de la polaca es la disputa por los espacios en los medios, sea la prensa escrita o los electrónicos, incluido Internet.
A eso están dedicados, más que al desempeño de su función pública. Tal es el caso, para no andar en desesperada búsqueda, de Marcelo Ebrard.
El jefe de Gobierno del DF. se montó en su macho y ahora hasta desafía: La consulta popular se hará a pesar de Los Pinos.
Usted debe saber, seguramente, a qué consulta se refiere don Marcelín.
Sí, fue el meollo de su propuesta en el debate petrolero que se lleva a cabo en el Senado y que todavía va pa’largo, pues el 22 de julio deberá concluir.
Que se consulte a la ciudadanía, clamó en su farragosa intervención el que le disputa la candidatura presidencial del PRD para 2012 al Mesías tropical.
.Los dos se disputan el honor de aterrizar la idea de la consulta al pueblo para ver qué hacer con la reforma energética propuesta al Congreso de la Unión por el presidente Calderón.
Los dos –Marcelo y Andrés López- buscan convertirse en mártires si por alguna razón la tal consulta no llega a cuajar según sus pareceres.
Ambos se han empeñado en jalarle los pelos a la burra nomás por ir contra corriente ahora que el debate petrolero a entrado a los tiempos del hartazgo y del aburrimiento.
Finalmente, ¿a quién le está interesando el debate? Al pueblo, a ese al que quieren llevar a consulta los dos santos varones del partido amarillo, jure usted que no.
El ex candidato presidencial, que no quiere que le coman el mandado, tronó su voz en Chiapas para unirse a la consultitis con la que Marcelo hace su lucha en la prensa.
El respingo del tabasqueño, además de tardío, se antojó pereceso. Como que en iniciativas, a las que hay que charolear como zapatos muy usados, Marcelín parece estarle ganando terreno.
A los dos, sin embargo, hay que mirarlos ya como antagonistas en la petición de mano a doña Leonor.
Ninguno, ni Ebrard ni López, le echan una miradita a la ley, para ver si avala la pretensa consulta, a pesar de que el fondo de .la cuestión es de orden jurídico y no se puede, nomás por gusto, ir en contra de la armonía de la nación que está fincada en leyes.
No importa si se hace o no la tal consulta; lo que en todo caso es trascendental es no violentar el orden sustentado en el andamiaje jurídico.
Ebrard se agazapó en su interpretación muy personal del artículo 26 de la Constitución, para revirarle al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, “a que conociese” tal mandamiento de la Carta Magna que, según Marcelo, norma la consulta ciudadana por él propuesta.
Aunque López, más irresponsable, como siempre, lanzó el petardo: “No importa que la consulta no esté en ninguna ley. Haremos la consulta en los 2,500 municipios del país”.
El 26 constitucional está referido a la obligación del Estado (el Ejecutivo federal, en el caso) de organizar “un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional”.
Textualmente, en la parte donde Ebrard buscó el apoyo para refutar a quienes no consideran la consulta popular como el camino adecuado para decidir sobre la reforma energética, se expresa:
“La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta popular en el sistema nacional de planeación democrática, y los criterios para la formulación, instrumentación, control y evaluación del plan y los programas de desarrollo”.
La parrafada, sin ambages, está dirigida al Plan Nacional de Desarrollo. Todo lo demás, y lo que quieren Ebrard y Amlo, huele a camorra, a escándalo.
Primero, exigieron debate y, para ser consecuentes y no tiranizar la precaria armonía nacional, el Senado se abrió y les concedió los 70 días de debate. ¿Se acuerda de la jerigonza que armaron los del FAP que exigían 120 días y terminaron aceptando 70?
Pues ahora andan igual. El debate avanza en sesiones tormentosas y aburridas de seis horas de duración. Pero, como los términos y condiciones son fatales y mueren por necesidad, ahora, como si estuvieran jugando al valero, se quieren echar el capirucho de la consulta a la ciudadanía.
Total, qué tanto es tantito más.
¡Claro! Pero a Marcelo y a Andrés, habría que responderles: No quieren también su piruli.
Andrés, por lo menos, desde que perdió las elecciones, se la ha pasado pide y pide. Ya va siendo la hora de darle su piruli, para que se entretenga chupando algo y no le chupe más la sangre a aquellos que, sin ser sus fanáticos seguidores, ya tiene hasta la coronilla con sus desplantes idiotizantes.
Vale la pena abrirse y dejarles que organicen “su consulta”. De una vez, para que se queden chiflando en la loma.
Pero que no le pidan chiche a nadie. Que el IFE, al que ya acudieron para pedirle que organice la “consulta”, proceda conforme a la ley y le responda con absoluto respeto a ésta.
Claro, eso va a suceder, con toda seguridad, cuando se estén agotando los tiempos del debate petrolero –22 de julio- y esté cerca el domingo 27 del mismo mes, que Marcelo señalara para la consulta.
Valdría la pena proceder así, para entretener en algo al perredismo “quiero todo”... porque con el piruli no les bastará.
(AGENCIA NOTISIFA) La mediocracia es, a resumidas cuentas, lo único que constituye el sumum de los actores políticos.
Lo sustantivo, la esencia para los señorones de la polaca es la disputa por los espacios en los medios, sea la prensa escrita o los electrónicos, incluido Internet.
A eso están dedicados, más que al desempeño de su función pública. Tal es el caso, para no andar en desesperada búsqueda, de Marcelo Ebrard.
El jefe de Gobierno del DF. se montó en su macho y ahora hasta desafía: La consulta popular se hará a pesar de Los Pinos.
Usted debe saber, seguramente, a qué consulta se refiere don Marcelín.
Sí, fue el meollo de su propuesta en el debate petrolero que se lleva a cabo en el Senado y que todavía va pa’largo, pues el 22 de julio deberá concluir.
Que se consulte a la ciudadanía, clamó en su farragosa intervención el que le disputa la candidatura presidencial del PRD para 2012 al Mesías tropical.
.Los dos se disputan el honor de aterrizar la idea de la consulta al pueblo para ver qué hacer con la reforma energética propuesta al Congreso de la Unión por el presidente Calderón.
Los dos –Marcelo y Andrés López- buscan convertirse en mártires si por alguna razón la tal consulta no llega a cuajar según sus pareceres.
Ambos se han empeñado en jalarle los pelos a la burra nomás por ir contra corriente ahora que el debate petrolero a entrado a los tiempos del hartazgo y del aburrimiento.
Finalmente, ¿a quién le está interesando el debate? Al pueblo, a ese al que quieren llevar a consulta los dos santos varones del partido amarillo, jure usted que no.
El ex candidato presidencial, que no quiere que le coman el mandado, tronó su voz en Chiapas para unirse a la consultitis con la que Marcelo hace su lucha en la prensa.
El respingo del tabasqueño, además de tardío, se antojó pereceso. Como que en iniciativas, a las que hay que charolear como zapatos muy usados, Marcelín parece estarle ganando terreno.
A los dos, sin embargo, hay que mirarlos ya como antagonistas en la petición de mano a doña Leonor.
Ninguno, ni Ebrard ni López, le echan una miradita a la ley, para ver si avala la pretensa consulta, a pesar de que el fondo de .la cuestión es de orden jurídico y no se puede, nomás por gusto, ir en contra de la armonía de la nación que está fincada en leyes.
No importa si se hace o no la tal consulta; lo que en todo caso es trascendental es no violentar el orden sustentado en el andamiaje jurídico.
Ebrard se agazapó en su interpretación muy personal del artículo 26 de la Constitución, para revirarle al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, “a que conociese” tal mandamiento de la Carta Magna que, según Marcelo, norma la consulta ciudadana por él propuesta.
Aunque López, más irresponsable, como siempre, lanzó el petardo: “No importa que la consulta no esté en ninguna ley. Haremos la consulta en los 2,500 municipios del país”.
El 26 constitucional está referido a la obligación del Estado (el Ejecutivo federal, en el caso) de organizar “un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional”.
Textualmente, en la parte donde Ebrard buscó el apoyo para refutar a quienes no consideran la consulta popular como el camino adecuado para decidir sobre la reforma energética, se expresa:
“La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta popular en el sistema nacional de planeación democrática, y los criterios para la formulación, instrumentación, control y evaluación del plan y los programas de desarrollo”.
La parrafada, sin ambages, está dirigida al Plan Nacional de Desarrollo. Todo lo demás, y lo que quieren Ebrard y Amlo, huele a camorra, a escándalo.
Primero, exigieron debate y, para ser consecuentes y no tiranizar la precaria armonía nacional, el Senado se abrió y les concedió los 70 días de debate. ¿Se acuerda de la jerigonza que armaron los del FAP que exigían 120 días y terminaron aceptando 70?
Pues ahora andan igual. El debate avanza en sesiones tormentosas y aburridas de seis horas de duración. Pero, como los términos y condiciones son fatales y mueren por necesidad, ahora, como si estuvieran jugando al valero, se quieren echar el capirucho de la consulta a la ciudadanía.
Total, qué tanto es tantito más.
¡Claro! Pero a Marcelo y a Andrés, habría que responderles: No quieren también su piruli.
Andrés, por lo menos, desde que perdió las elecciones, se la ha pasado pide y pide. Ya va siendo la hora de darle su piruli, para que se entretenga chupando algo y no le chupe más la sangre a aquellos que, sin ser sus fanáticos seguidores, ya tiene hasta la coronilla con sus desplantes idiotizantes.
Vale la pena abrirse y dejarles que organicen “su consulta”. De una vez, para que se queden chiflando en la loma.
Pero que no le pidan chiche a nadie. Que el IFE, al que ya acudieron para pedirle que organice la “consulta”, proceda conforme a la ley y le responda con absoluto respeto a ésta.
Claro, eso va a suceder, con toda seguridad, cuando se estén agotando los tiempos del debate petrolero –22 de julio- y esté cerca el domingo 27 del mismo mes, que Marcelo señalara para la consulta.
Valdría la pena proceder así, para entretener en algo al perredismo “quiero todo”... porque con el piruli no les bastará.