¿Y LOS PRECIOS?
(AGENCIA NOTISIFA) “El año de la Patria”, al que así bautizó el presidente Calderón en su mensaje de año nuevo, va a resultar, para los 20 millones de mexicanos en pobreza extrema, un año “muy propicio” para parir chayotes.
¿Qué van a comer esos compatriotas con ingresos de apenas un dólar? Lo que puedan... para no morir de hambre.
En su discurso la noche del Día de Reyes, transmitido en cadena nacional, el mandatario no se ocupó, ni siquiera de refilón, de aquello que está afectando al grueso de la población: el alza de precios en los productos de primera necesidad, como son las tortillas.
Esa misma noche escuché por TV al analista económico-financiero de Milenio, Carlos Mota, remitir al consumidor a las tiendas departamentales de Soriana y Chedraui, entre otras, “donde encontrarán kilógramos del popular alimento, en 6 y 8.50 pesos”.
Lo malo, pensé de mala leche, es que esos establecimientos no despachan ni un kilo de tortillas en las áreas marginales del campo y de las ciudades, porque en estos lugares no les conviene establecer tiendas.
O sea, para el pobre pobre, seguro que la palabra presidencial, que a ciencia cierta ni siquiera escucho, no le alivia nadita que, como lo estableció el señor Mota, el consumidor deba ir donde le vendan más barato los comestibles.
La economía de libre mercado, de acuerdo con ese analista, no puede fijar precios a ningún producto. Y es cierto, tan cierto, que la aparente competencia de los monopolios le está zumbando sin consideración alguna a la clase media que ha perdido poder de compra en los últimos meses, en algo así como 20 %.
En otras palabras, el mensaje del Presidente, con sus intenciones centrales –empleo, seguridad pública y ataque a la pobreza- pasó de noche en el imaginario colectivo, por mucho que el mandatario lo haya colgado de las celebraciones bicentenaria de la Independencia y centenaria de la Revolución Mexicana.
Para mí quedó bien claro que en Los Pinos no se moverá un clavo para aliviar la angustiante penuria que para millones de familias está significando la cascada de aumentos a bienes y servicios que se disparó desde noviembre y diciembre del año pasado.
Ante tal panorama, la presión de los legisladores de oposición al segundo gobierno de extracción panista va a resultar mayor, al margen de las protestas que es previsible se den por parte de organizaciones sectoriales y los consumidores en general que, al final, somos todos.
De ninguna forma, por lo mismo, es aceptable que, primero, el gobierno se haya escudado en la ausencia de las reformas estructurales como factores que ha cerrado el camino a la recuperación económica, y ahora, el llamado “Año de la Patria”, por las conmemoraciones centenarias, quiera aprovecharse para catapultar un desarrollo económico que debe llevarse a cabo muy aparte de cuestiones coyunturales.
Lo único que cuenta, es lo que el senador Manlio Fabio Beltrones sostiene: “Que el Presidente haga lo que tiene que hacer”.
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