*ENERGÉTICOS Y PETRÓLEO EN EL CONSEJO POLÍTICOS DEL PRI
Por: FRANCISCO ROBLES
(AGENCIA NOTISIFA).- VERACRUZ Ver En reiteradas ocasiones, he expresado, que la posición del PRI en torno a la Reforma Energética, se rige por lo que estipulan nuestros documentos básicos vigentes, que precisan el marco, los límites, las condicionantes y los espacios en los que se mueven los posicionamientos de dirigentes, legisladores y representantes populares integrantes de nuestra organización política.
El espíritu de inclusión, de tolerancia y apertura, que caracteriza a la actual dirigencia del PRI, ha reconocido, e incluso propiciado, la expresión de diversas opiniones, enfoques distintos y antagónicos a veces, para que en un diálogo respetuoso al interior, afloren coincidencias y divergencias, y vayamos construyendo una posición que preserve la postura unitaria del Partido en la materia, en respaldo a nuestros legisladores. Yo confío plenamente en la capacidad política, en el compromiso y patriotismo, de los correligionarios que representan a nuestra corriente histórica como Senadores y Diputados al Congreso de la Unión.
Los propios Diputados y Senadores de las Comisiones de Energía, algunos de nuestros Gobernadores, la Fundación Colosio, Sectores y Organizaciones, expertos de reconocido prestigio técnico en la materia, foros como Expresión y Propuesta, han aportado análisis, sugerencias, posicionamientos, que sin duda enriquecerán las posiciones de nuestras bancadas cuando ejerzan su derecho legislativo. Porque la responsabilidad de legislar es de ellos. A ellos compete ese gran honor, a ellos también, el juicio de la historia.
El contexto en el que se actúa, es el de un debate nacional que data de varios lustros atrás, que se alienta o disminuye por épocas, y en el que siempre se pretende polarizar o arrinconar el análisis con posiciones extremistas que dificultan la objetividad y la asunción madura y responsable de definiciones.
El PRI está por encima de la “urgencia” de la derecha por forzar, a través de diagnósticos catastrofistas, decisiones históricas que enajenan el patrimonio de la Nación; también está por encima de la invención de molinos de viento, para manipular la vocación nacionalista de nuestro pueblo, reivindicando mesiánicamente lo que las fuerzas políticas progresistas y consistentes defendemos con firmeza y responsabilidad política, sin necesidad de estridencia o demagogia electorera.
Se requiere una política de Estado integral, de largo plazo, que contemple a su vez, una política sectorial que preserve para el país la soberanía energética. Esta política sectorial debe atender la generación y consumo racional de todo tipo de energías y coordinarse con otras áreas tales como las finanzas públicas, las cadenas productivas, el uso del suelo y el agua, el desarrollo del campo, la preservación del medio ambiente y las medidas preventivas respecto al cambio climáticos a fin de asegurar un desarrollo sustentable para México.
PEMEX forma parte de dicha política sectorial que debe ser guiada por un ente regulador autónomo, ajeno a los vaivenes políticos, integrado por consejeros independientes de reconocida experiencia y valía, electos por el Senado en forma escalonada, que no tengan relación o intereses cruzados con el Gobierno y los poderes fácticos. En él participarían los titulares de las secretarías de Energía, Hacienda, Economía y Medio Ambiente.
La reforma de PEMEX, en lo particular, debe abordarse en función de la política sectorial atendiendo a los objetivos señalados en la Constitución y leyes secundarias, así como en su Ley Orgánica.
Se trata de otorgarle a Pemex plena autonomía de gestión administrativa y financiera, darle flexibilidad operativa para la procura y contratación de obras y servicios; que pueda darse la organización y procedimientos internos que convengan y establecer las negociaciones laborales necesarias para que no existan recursos humanos o físicos sin aprovecharse eficazmente, todo lo cual requiere, por supuesto, de mecanismos de auditoría y control eficientes.
Es imprescindible otorgarle a PEMEX independencia del Presupuesto de Egresos de la Federación, ya que sin ello se invalidarían los propósitos anteriores.
El proceso de modernización de PEMEX debe ser gradual para ajustar las leyes y reglamentos y preparar al Organismo y a las finanzas públicas para la transición, ajustando la menor dependencia de los recursos petroleros con la forma como se capitalice a PEMEX.
Lo más importante es dejar bien claro que la modernización de PEMEX y la transición ordenada y realizada sin modificaciones constitucionales.
Resulta trascendental así mismo, que los estados productores de petróleo se beneficien de manera específica por la disposición de estos recursos en sus jurisdicciones, habida cuenta del impacto medioambiental, demográfico y económico que representan en las zonas de aprovechamiento de los recursos energéticos en el entorno de municipios y regiones productoras; por ello, vemos con simpatía el que se diseñen mecanismos novedosos que favorezcan el establecimiento de nuevos empleos, programas integrales de desarrollo regional que cuiden el medio ambiente, y la integración del sector con la participación en su caso de entidades federativas, respetando el marco constitucional.
Por: FRANCISCO ROBLES
(AGENCIA NOTISIFA).- VERACRUZ Ver En reiteradas ocasiones, he expresado, que la posición del PRI en torno a la Reforma Energética, se rige por lo que estipulan nuestros documentos básicos vigentes, que precisan el marco, los límites, las condicionantes y los espacios en los que se mueven los posicionamientos de dirigentes, legisladores y representantes populares integrantes de nuestra organización política.
El espíritu de inclusión, de tolerancia y apertura, que caracteriza a la actual dirigencia del PRI, ha reconocido, e incluso propiciado, la expresión de diversas opiniones, enfoques distintos y antagónicos a veces, para que en un diálogo respetuoso al interior, afloren coincidencias y divergencias, y vayamos construyendo una posición que preserve la postura unitaria del Partido en la materia, en respaldo a nuestros legisladores. Yo confío plenamente en la capacidad política, en el compromiso y patriotismo, de los correligionarios que representan a nuestra corriente histórica como Senadores y Diputados al Congreso de la Unión.
Los propios Diputados y Senadores de las Comisiones de Energía, algunos de nuestros Gobernadores, la Fundación Colosio, Sectores y Organizaciones, expertos de reconocido prestigio técnico en la materia, foros como Expresión y Propuesta, han aportado análisis, sugerencias, posicionamientos, que sin duda enriquecerán las posiciones de nuestras bancadas cuando ejerzan su derecho legislativo. Porque la responsabilidad de legislar es de ellos. A ellos compete ese gran honor, a ellos también, el juicio de la historia.
El contexto en el que se actúa, es el de un debate nacional que data de varios lustros atrás, que se alienta o disminuye por épocas, y en el que siempre se pretende polarizar o arrinconar el análisis con posiciones extremistas que dificultan la objetividad y la asunción madura y responsable de definiciones.
El PRI está por encima de la “urgencia” de la derecha por forzar, a través de diagnósticos catastrofistas, decisiones históricas que enajenan el patrimonio de la Nación; también está por encima de la invención de molinos de viento, para manipular la vocación nacionalista de nuestro pueblo, reivindicando mesiánicamente lo que las fuerzas políticas progresistas y consistentes defendemos con firmeza y responsabilidad política, sin necesidad de estridencia o demagogia electorera.
Se requiere una política de Estado integral, de largo plazo, que contemple a su vez, una política sectorial que preserve para el país la soberanía energética. Esta política sectorial debe atender la generación y consumo racional de todo tipo de energías y coordinarse con otras áreas tales como las finanzas públicas, las cadenas productivas, el uso del suelo y el agua, el desarrollo del campo, la preservación del medio ambiente y las medidas preventivas respecto al cambio climáticos a fin de asegurar un desarrollo sustentable para México.
PEMEX forma parte de dicha política sectorial que debe ser guiada por un ente regulador autónomo, ajeno a los vaivenes políticos, integrado por consejeros independientes de reconocida experiencia y valía, electos por el Senado en forma escalonada, que no tengan relación o intereses cruzados con el Gobierno y los poderes fácticos. En él participarían los titulares de las secretarías de Energía, Hacienda, Economía y Medio Ambiente.
La reforma de PEMEX, en lo particular, debe abordarse en función de la política sectorial atendiendo a los objetivos señalados en la Constitución y leyes secundarias, así como en su Ley Orgánica.
Se trata de otorgarle a Pemex plena autonomía de gestión administrativa y financiera, darle flexibilidad operativa para la procura y contratación de obras y servicios; que pueda darse la organización y procedimientos internos que convengan y establecer las negociaciones laborales necesarias para que no existan recursos humanos o físicos sin aprovecharse eficazmente, todo lo cual requiere, por supuesto, de mecanismos de auditoría y control eficientes.
Es imprescindible otorgarle a PEMEX independencia del Presupuesto de Egresos de la Federación, ya que sin ello se invalidarían los propósitos anteriores.
El proceso de modernización de PEMEX debe ser gradual para ajustar las leyes y reglamentos y preparar al Organismo y a las finanzas públicas para la transición, ajustando la menor dependencia de los recursos petroleros con la forma como se capitalice a PEMEX.
Lo más importante es dejar bien claro que la modernización de PEMEX y la transición ordenada y realizada sin modificaciones constitucionales.
Resulta trascendental así mismo, que los estados productores de petróleo se beneficien de manera específica por la disposición de estos recursos en sus jurisdicciones, habida cuenta del impacto medioambiental, demográfico y económico que representan en las zonas de aprovechamiento de los recursos energéticos en el entorno de municipios y regiones productoras; por ello, vemos con simpatía el que se diseñen mecanismos novedosos que favorezcan el establecimiento de nuevos empleos, programas integrales de desarrollo regional que cuiden el medio ambiente, y la integración del sector con la participación en su caso de entidades federativas, respetando el marco constitucional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario