*Narco, ¿negocio?
(AGENCIA NOTISIFA) Claro que es negocio. Ilícito, por supuesto, pero el mejor negocio para los jefes de los cárteles, los distribuidores de la droga y los sicarios. Es tan extraordinario negocio, que los miembros de las bandas se están matando entre sí.
Nomás para medirle el agua a los camotes, bastaría decir que las ganancias que la ONU y otros organismos internacionales atribuyen a las operaciones del mercado de las drogas que flagela a las sociedades del mundo, suman algo así como el 60 por ciento de los 700 mil millones de dólares que está requiriendo el presidente George Bush al Capitolio para “salvar las finanzas del planeta”.
Imagínelo, si puede imaginarlo, un negocio que produzca 400 mil millones de dólares al año.
Alguien desde Wall Street refirió que los 700 mil millones del billete verde que el inquilino de la Casa Blanca pretende, serían contados en 32 años, a un ritmo de 700 dólares por segundo.
O sea que la utilidad obtenida por el narco, la de sólo un año, bien puede ser contada en década y media.
Frente a tal fenómeno, ¿qué son los 226 millones de pesos incautados por el gobierno en 2007 y lo que corre del 2008?.
Una bicoca, un pedacito de arena.
Con tal fortuna, que no es de ahora, sino desde que ese bestial fantasma apareció sobre la tierra, se infiltra a las policías, a las instituciones gubernamentales y donde le es necesario para tener éxito en su criminal actividad.
El poder del dinero se incrusta hasta en la política y no es exagerado decir que está adentro del buque, dictando su dirección aunque sea a balazos y granadazos.
Ya sacó a más de 300 “afis” a las calles, en son de protesta, para exigirle a la secretaría de Seguridad Pública federal, la separación de las policías. Reclaman esos policías protestantes, que la AFI (Agencia Federal de Investigaciones) sea separada de la Policía Federal Preventiva y que a ellos –a los “afis”- les paguen mejor y les den armas como las que tiene el narco “para poderlo enfrentar”.
La manifestación de “afis” pareció ir más allá del discurso del secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño ante diputados, al reconocer que no hay posibilidad de garantizar la seguridad mientras las corporaciones estén infiltradas.
En esta línea, vale preguntarse si es de ahora que el gabinete de seguridad sabe de tal infiltraciones, porque los titulares de la PGR y de la SSP federal, por lo menos, vienen del gobierno de Fox. Es decir, no son novatos.
(AGENCIA NOTISIFA) Claro que es negocio. Ilícito, por supuesto, pero el mejor negocio para los jefes de los cárteles, los distribuidores de la droga y los sicarios. Es tan extraordinario negocio, que los miembros de las bandas se están matando entre sí.
Nomás para medirle el agua a los camotes, bastaría decir que las ganancias que la ONU y otros organismos internacionales atribuyen a las operaciones del mercado de las drogas que flagela a las sociedades del mundo, suman algo así como el 60 por ciento de los 700 mil millones de dólares que está requiriendo el presidente George Bush al Capitolio para “salvar las finanzas del planeta”.
Imagínelo, si puede imaginarlo, un negocio que produzca 400 mil millones de dólares al año.
Alguien desde Wall Street refirió que los 700 mil millones del billete verde que el inquilino de la Casa Blanca pretende, serían contados en 32 años, a un ritmo de 700 dólares por segundo.
O sea que la utilidad obtenida por el narco, la de sólo un año, bien puede ser contada en década y media.
Frente a tal fenómeno, ¿qué son los 226 millones de pesos incautados por el gobierno en 2007 y lo que corre del 2008?.
Una bicoca, un pedacito de arena.
Con tal fortuna, que no es de ahora, sino desde que ese bestial fantasma apareció sobre la tierra, se infiltra a las policías, a las instituciones gubernamentales y donde le es necesario para tener éxito en su criminal actividad.
El poder del dinero se incrusta hasta en la política y no es exagerado decir que está adentro del buque, dictando su dirección aunque sea a balazos y granadazos.
Ya sacó a más de 300 “afis” a las calles, en son de protesta, para exigirle a la secretaría de Seguridad Pública federal, la separación de las policías. Reclaman esos policías protestantes, que la AFI (Agencia Federal de Investigaciones) sea separada de la Policía Federal Preventiva y que a ellos –a los “afis”- les paguen mejor y les den armas como las que tiene el narco “para poderlo enfrentar”.
La manifestación de “afis” pareció ir más allá del discurso del secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño ante diputados, al reconocer que no hay posibilidad de garantizar la seguridad mientras las corporaciones estén infiltradas.
En esta línea, vale preguntarse si es de ahora que el gabinete de seguridad sabe de tal infiltraciones, porque los titulares de la PGR y de la SSP federal, por lo menos, vienen del gobierno de Fox. Es decir, no son novatos.
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