*DESAPARICIÓN, NO ES LO MISMO QUE SECUESTRO
*NIEGA FCH HAYA BANDAS CRIMINALES DETRÁS DEL CASO DIEGO
Por Jaime Arizmendi
(AGENCIA NOTISIFA) Seguramente: los muertos que vos matais, gozan de cabal salud… Luego que se difundiera el sábado último la desaparición de Diego Fernández de Cevallos, se ha suscitado una oleada de “versiones” y rumores donde, como siempre, han pasado lista de presente los todólogos, expertos en todo y nada, pero que con gran facilidad sueltan la lengua, o la tecla --cuando escriben, si es que a eso se le puede llamar así--, para opinar bajo los más simples o inverosímiles argumentos.
De inmediato, no faltaron algunos como Manuel Espino, expresidente nacional del PAN --partido en el cual Diego ha sido distinguido militante de toda su vida--, quienes aseguraron que el excandidato presidencial había sido asesinado. Aunque ante la falta de confirmación de la “volada” espinista, le hizo recular y terminó por ofrecer sus disculpas a los twitteros que le habían creído.
Ante ello, y para evitar mayores dislates de otros orates, desde Los Pinos se buscó poner orden en la difusión de informes y situaciones del estridente asunto. El Ejecutivo Federal repuso que la única instancia que podría emitir toda información relativa al caso Diego, sería a partir de ese momento la Procuraduría General de la República.
Y para que no se pensara en invasión de atribuciones legales --porque en tanto no se determine que el suceso es un secuestro para que fuese considerado del resorte federal--, aún hasta este miércoles se dijo se mantiene como desaparición, por ende, la investigación le corresponde a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Querétaro, en las indagatorias actuarían juntas PGR y la autoridad estatal.
No obstante, los “borregos”, o mentiras vertidas como si fueran verdad, no han dejado de circular por todos lados. Donde quiera que se encuentran dos o más personas el asunto es tema de conversación.
Que si la “desaparición” del exsenador blanquiazul tiene relación con bandas criminales o cárteles de la droga; que si es una venganza de sus supuestamente “muchos enemigos”; que si es sólo una mera autodesaparición con fines propagandísticos; que si detrás de todo ello operan grupos guerrilleros; o que hasta “ya lo ejecutaron, pero no quieren que nadie lo encuentre”; etcétera, etcétera, etcétera.
Poco a poco, quienes pueden hacerlo libremente –por decirlo de algún modo--, han dicho esta boca es mía. Tal es el caso del Ejército Popular Revolucionario, el famoso EPR, único grupo guerrillero conocido cuyos voceros se encargaron de aclarar el domingo que ellos no estaban en esa línea.
Respecto al crimen organizado, fue el propio Presidente Felipe Calderón quien se encargó de negarlo. Precisamente este miércoles, en el marco de su gira por Estados Unidos afirmó en entrevista concedida a la cadena CNN: no hay evidencia de que esta situación esté vinculada con el crimen organizado. No hay evidencia de que se trate de un secuestro porque, de acuerdo con la investigación, no tenemos evidencia.
Y como desde el primer momento en que se enteró de ello, durante su Visita de Estado en Washington agregó que “el caso es muy triste para mí, por supuesto, porque es un gran amigo de mi familia”.
Como sea, la desaparición el viernes de Diego Fernández de Cevallos, conocido como el “Jefe Diego”, ha causado preocupación en casi todos los sectores del país, desde los políticos, hasta los empresariales han expresado su repudio al lamentable suceso. Y no es para menos, nadie quiere verse en tan tremenda circunstancia.
Para colaboradores cercanos a Diego existe la certeza de que está vivo y que pronto reaparecerá. Su capacidad de gran negociador lo coloca en la tesitura de un hombre libre. Si ha sabido negociar y ser un gran intermediario para resolver grandes diferendos de carácter político o judicial, por su carácter de profesional del Derecho, es obvio que él sabrá hallar el punto de convergencia para mantener su vida.
Víctor Orduña, excolaborador y uno de sus amigos; y Guillermo Tamborrel, senador panista por Querétaro, también con fuerte amistad hacia Fernández de Cevallos coinciden en que “él es un hombre sencillo echado pa´delante. Un mexicano muy querido en México por su don de gentes; siempre dispuesto a darle a quien lo necesita no sólo dinero, sino a veces lo que más se requiere, unas palabras de ánimo.
Para el senador Tamborrel aunque Diego nació en el Distrito Federal, desde niño fue llevado a Querétaro y por eso allá se le quiere. Refiere que aun cuando se le han colgado muchos “san-benitos”, ya que le han adjudicado e inventado milagritos, Fernández de Cevallos ha contribuido a la democracia en México.
Resalta que si en México el voto cuenta y se cuenta, es porque él, Diego, fue uno de los impulsores y constructores de la Reforma Política de 1996. Igualmente, menciona que tuvo una trascendente intervención en torno a la reforma al Artículo 130 Constitucional, con la cual se regularon debidamente las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Para añadir que en la región de San Juan del Río a Diego se le quiere mucho también porque cuando la gente de las comunidades lo buscan para pedirle ayuda, él de inmediato dispone de maquinaria para hacer brechas o realizar obras; aparte de que allá vive parte de su familia.
Luego coincide con Víctor Orduña al reiterar que por sus dotes naturales de negociador, Diego Fernández de Cevallos está vivo y habrá de reaparecer para continuar en lo suyo, el ejercicio del Derecho.
Ambos concluyen la conversación realizada por separado con el reportero al plantear la necesidad de que se dejen de lado las especulaciones e hipótesis equivocadas y discordantes, y que las cosas sigan el cauce más adecuado.
Hasta la noche de este miércoles, autoridades federales han señalado que no pueden calificar la desaparición del político como un secuestro debido a que nadie se ha comunicado con la familia para pedir un rescate.
Reportes de última hora revelan que a Diego Fernández de Cevallos lo sometieron entre dos personas con quienes forcejeó. Estiró el brazo para tomar las tijeras que siempre lleva pero cayó al piso, y al parecer se golpeó la cabeza y sangró.
Tenía el compromiso de entregar este martes la alfalfa recién cortada de los sembradíos que rodean a la casa de La Cabaña, su rancho. La llevarían a “El Estanco”, finca ubicada a unos 5 kilómetros de propiedad de su hija Claudia.
Se sabe que entre las diversas indagatorias policiacas se acudió al lugar donde se le vio por última ocasión: el Italian Coffee de Plaza Cibeles. Los empleados de la negociación confirmaron que el panista asistía de manera regular, siempre gentil, saludaba a todo el mundo.
Sobre el boulevard Bernardo Quintana, precisamente a unos metros del Italian Coffee hay una cámara de vialidad de la Dirección de Tránsito municipal, que enfoca la plaza comercial y un restaurante situado enfrente. Ambos negocios son punto de reunión de la clase política de la región.
Más aún, hasta antes de que se suspendiera la búsqueda en los alrededores del rancho de donde desapareció Diego, peritos en criminalística de campo, fotografía forense, dactiloscopía, química, ingeniería civil, videograbación y genética realizaron intensos trabajos en la zona; por lo que se ha recabado mucho material.
Ante ello, como recomiendan Orduña y Tamborrel, ahora lo mejor es esperar a que las autoridades judiciales den seguimiento a sus líneas de investigación. Dejemos a un lado las especulaciones y los argumentos de los todólogos. Hay cosas que para el tonto, son causa de su fracaso…
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