*UN OMBLIGO
Por: Juan Chávez
(AGENCIA NOTISIFA).- Nomás para que se vea la calidad de la melcocha, César Nava y Jesús Ortega, juntitos, agarrados de mano sudada, fueron a la PGR donde el PRD presentó querella contra la “ilegal aprehensión” de su candidato al gobierno de Quitana Roo, Gregorio “Greg” Martínez.
La acusación es contra la secretaría de Gobernación que, según el dirigente perredista, y también el panista, manipuló la detención de “Greg” y su apresurado envío a la cárcel de “media seguridad” de Tepic, que se identifica con el nombre de Mil Cumbres.
En lo personal, Nava y Ortega, y con ellos el “hacedor de grupos compactos”, Manuel Camacho, ven al secretario Fernando Gómez Mont detrás del tinglado que tiene tras las rejas al abanderado amarillo, cuya suerte se definirá el lunes o martes de la próxima semana, porque el juez que habrá de abrirle causa por los supuestos delitos que se le imputan, estiró el término constitucional al máximo para definir si lo declara libre o formalmente preso.
Por lo pronto, “peor es Nava” se colocó como el malo del nuevo telenovelón político al mandar al cuerno la recomendación que el presidente Calderón le hizo a él y a los panistas congregados apenas el sábado pasado en el Consejo Nacional del partido azul.
Eso de unidad en las filas del partido gobernante y de encerrar las rencillas en el clóset, no rezan con don César. Unidad sí, pero con el PRD, “mi cuatacho” en las alianzas para ganar gubernaturas, le reviro en los hechos el necio e irreverente Niño Azul, al Presidente.
De plano, don Cesarín escogió la brecha patilu para demostrar que con el PRD está aliado “en las buenas y en las malas”.
Como que ambos –Nava y Ortega- escogieron el sagrado templo de la procuración de justicia, para dar validez legal a “su chueco y feraz matrimonio”.
O como alguien, ayer, en la Cámara de Diputados, los consideró: amarrados en el mismo ombligo. Así de cuates son Ortega y Nava y éste, claro, en franca desobediencia a su jefe de Los Pinos.
La escena que ayer quedó plasmada para una posteridad que quién sabe cómo vaya a ser explicada, resulta incongruente, incluso, con la alianza que el PAN no quiso construir en Quintana Roo para apoyar la candidatura del perredista.
Nava sabía entonces porqué no debía apoyar a “Greg”. El cambiazo ahora tiene una interpretación válida y precisa: Nava no quiere que gane la candidata del PAN en la entidad que tiene en Cancún “la capital del turismo en México”, Alicia Ricalde Magaña.
Por: Juan Chávez
(AGENCIA NOTISIFA).- Nomás para que se vea la calidad de la melcocha, César Nava y Jesús Ortega, juntitos, agarrados de mano sudada, fueron a la PGR donde el PRD presentó querella contra la “ilegal aprehensión” de su candidato al gobierno de Quitana Roo, Gregorio “Greg” Martínez.
La acusación es contra la secretaría de Gobernación que, según el dirigente perredista, y también el panista, manipuló la detención de “Greg” y su apresurado envío a la cárcel de “media seguridad” de Tepic, que se identifica con el nombre de Mil Cumbres.
En lo personal, Nava y Ortega, y con ellos el “hacedor de grupos compactos”, Manuel Camacho, ven al secretario Fernando Gómez Mont detrás del tinglado que tiene tras las rejas al abanderado amarillo, cuya suerte se definirá el lunes o martes de la próxima semana, porque el juez que habrá de abrirle causa por los supuestos delitos que se le imputan, estiró el término constitucional al máximo para definir si lo declara libre o formalmente preso.
Por lo pronto, “peor es Nava” se colocó como el malo del nuevo telenovelón político al mandar al cuerno la recomendación que el presidente Calderón le hizo a él y a los panistas congregados apenas el sábado pasado en el Consejo Nacional del partido azul.
Eso de unidad en las filas del partido gobernante y de encerrar las rencillas en el clóset, no rezan con don César. Unidad sí, pero con el PRD, “mi cuatacho” en las alianzas para ganar gubernaturas, le reviro en los hechos el necio e irreverente Niño Azul, al Presidente.
De plano, don Cesarín escogió la brecha patilu para demostrar que con el PRD está aliado “en las buenas y en las malas”.
Como que ambos –Nava y Ortega- escogieron el sagrado templo de la procuración de justicia, para dar validez legal a “su chueco y feraz matrimonio”.
O como alguien, ayer, en la Cámara de Diputados, los consideró: amarrados en el mismo ombligo. Así de cuates son Ortega y Nava y éste, claro, en franca desobediencia a su jefe de Los Pinos.
La escena que ayer quedó plasmada para una posteridad que quién sabe cómo vaya a ser explicada, resulta incongruente, incluso, con la alianza que el PAN no quiso construir en Quintana Roo para apoyar la candidatura del perredista.
Nava sabía entonces porqué no debía apoyar a “Greg”. El cambiazo ahora tiene una interpretación válida y precisa: Nava no quiere que gane la candidata del PAN en la entidad que tiene en Cancún “la capital del turismo en México”, Alicia Ricalde Magaña.
Si la aprehensión del señor Gregorio Martínez fue o no una acción política, es un hecho que no hay que ver por ahí, sino en la secuela que si es política y de enorme calado. El PAN de Nava y el PRD de Ortega, juntos en la PGR contra el secretario que despacha en Bucareli, es un golpe bajo y ruin que llega directo a Los Pinos. Diríamos que es un gancho directo al hígado de quien usted imagina.
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