jueves, 2 de octubre de 2008

BOLETIN INFORMATIVO

*MASACRE EN CIUDAD DE MÉXICO; CONTINÚAN LAS DUDAS: AMNISTÍA INTERNACIONAL

Por FRANCISCO ROBLES R.

(AGENCIA NOTISIFA)
Cuarenta años después de una de las matanzas más atroces de la historia de México, el gobierno mexicano sigue sin dar respuesta a las dudas que rodean aquella masacre perpetrada en Ciudad de México, según ha manifestado Amnistía Internacional.

La organización ha pedido al Presidente Felipe Calderón Hinojosa, que establezca de una vez por toda la verdad sobre la masacre perpetrada en la Plaza de Las Tres Culturas, Tlatelolco, Ciudad de México, unos días antes del inicio de los Juegos Olímpicos de 1968. También ha instado al gobierno a proporcionar justicia y reparación a las familias de las víctimas.

Las estimaciones sobre el número de personas que murieron cuando el Ejército mexicano abrió fuego contra los estudiantes que se manifestaban pacíficamente en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 varían.

La masacre se inició hacia las seis de la tarde, cuando policías, militares y hombres armados no identificados rodearon la plaza y abrieron fuego desde vehículos blindados y tanques, utilizando artillería pesada.

Dispararon contra los estudiantes reunidos en la plaza y contra los edificios residenciales que la circundaban. El gobierno finalmente entregó 44 cadáveres, 10 de los cuales aún no se han identificado.

“Cuarenta años después de la masacre de Tlatelolco, muchísimas preguntas inquietantes siguen sin respuesta”, ha manifestado Javier Zúñiga, ahora asesor especial de Amnistía Internacional y que en aquel entonces presenció la llegada de las tropas gubernamentales desde un puente cercano que mira a la plaza.

“¿Quién ordenó la masacre? ¿Durante cuánto tiempo se había planeado? ¿Cuántos murieron? ¿A quién pertenecen esos cadáveres que aún no se han identificado?”
“Para cuando empezaron los disparos estaba oscureciendo, así que era difícil ver con exactitud qué estaba sucediendo”, recordó Zúñiga.

LA PLAZA ESTABA LLENA DE CÁDAVERES.-“Pero recuerdo, tan claro como si lo estuviera viendo ahora, que el ejército entró en la plaza antes de que comenzaran los disparos, y no a consecuencia de ellos, como muchas fuentes gubernamentales han mantenido. Cundió el pánico, y la gente empezó a correr en todas direcciones gritando: ‘¡viene el ejército, viene el ejército!’. Poco después, parecía que la plaza estaba llena de cadáveres”, precisó.
“Volví a la mañana siguiente, temprano, y vi pilas de cinturones y zapatos. Seguía habiendo charcos de sangre en el suelo, pese a los evidentes esfuerzos por limpiarla. También vi grandes agujeros de bala en los pilares de cemento, a la altura de la cabeza de un adulto”, resaltó.

Pese a los constantes esfuerzos de víctimas, familiares y miembros del movimiento estudiantil por establecer la verdad de lo sucedido aquella noche, los hechos completos nunca se han establecido, y los responsables no han rendido cuentas.

“El hecho de que el gobierno mexicano no haya establecido la verdad de lo sucedido la noche del 2 de octubre de 1968 ha dejado en la sociedad mexicana una profunda herida que sólo se curará cuando los hechos se desvelen del todo, cuando se lleve a los responsables ante la justicia y cuando se proporcione reparación a las víctimas y sus familias”, ha manifestado Kerrie Howard, directora adjunta del Programa para América de Amnistía Internacional.

“El gobierno del Presidente Calderón ha guardado silencio sobre este oscuro capítulo de la historia de México”, ha declarado Kerrie Howard.

Continúo, “instamos a este gobierno a que abra todos los archivos y registros pertinentes, lleve a cabo una investigación nueva e independiente, y elimine los obstáculos que impiden que los responsables de este terrible crimen sean llevados ante la justicia”.

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