*ELABORÓ IPN FUNGICIDAS NATURALES PARA COMBATIR HONGOS FITOPATÓGENO
Por LAURA RUIZ RIVERA
(AGENCIA NOTISIFA) Científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN) evalúa extractos vegetales con propiedades antifúngicas para el control de hongos fitopatógenos que causan enfermedades post cosecha en la planta denominada gladiolo, misma que en el Estado de Morelos ocupa el tercer lugar en la producción de plantas ornamentales.
La doctora en Ciencias Laura Leticia Barrera Necha, catedrática e investigadora del Centro de Productos Bióticos (CEPROBI), indicó que el proyecto reviste especial importancia para los productores del gladiolo en Morelos, toda vez que a causa del hongo fitopatógeno denominado Fusarium oxysporum f. sp. gladioli, se pierde hasta el 80 por ciento de las gemas que darán origen a la planta, cuando están almacenadas.
“Cuando el microorganismo Fusarium oxysporum f. sp. gladioli, infecta los cormos (órganos característicos de los gladiolos donde se encuentra la yema que dará origen a la nueva planta), éstos adquieren una enfermedad llamada fusariosis, que ocasiona pudrición y evita que se produzca la planta”, explicó.
La científica politécnica, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I, refirió que por los estragos que causa ese hongo fitopatógeno es necesario importar los cormos del gladiolo, lo cual eleva su costo y afecta la economía de los productores.
La doctora Barrera Necha indicó que ante tal problemática, el CEPROBI se ha preocupado por el desarrollo de fungicidas naturales que sean biodegradables e inocuos para el ambiente, y de ese modo evitar el uso de fungicidas químicos sintéticos, toda vez que se ha comprobado que además de que han inducido resistencia al microorganismo, son muy tóxicos para los operadores del campo y se acumulan en el suelo y agua.
“Los fungicidas naturales los elaboramos a partir de plantas como: guamuchil, nanche, semilla de jícama, albahaca y huele de noche, las cuales colectamos en el campo y separamos las hojas, tallos y las semillas, mismas que sometemos a un proceso de desinfección, secado y molido para obtener los polvos que se aplican a las plantas en el laboratorio para evaluar su actividad contra el hongo fitopatógeno”, afirmó.
Barrera Necha indicó que los polvos los han aplicado directamente y además los han mezclado con agua, metanol y etanol, a fin de evaluar su efectividad y las variaciones al ponerlos en contacto con diferentes disolventes.
Indicó que de acuerdo con los estudios realizados se ha observado que los polvos protegen a las plantas del gladiolo contra fitopatógenos e insectos, además de que no ocasionan resistencia y son completamente biodegradables. “Hemos evaluado que los polvos de plantas vegetales son capaces de inhibir el crecimiento del fitopatógeno, además de que se frena la germinación de sus esporas, evitando así su reproducción”, apuntó.
La investigadora politécnica comentó que aunque ya se ha constatado la eficacia de los polvos en el laboratorio, éstos se evaluarán a mayor escala en el campo, donde se ajustarán las dosis, tiempos y frecuencia de aplicación.
Por LAURA RUIZ RIVERA
(AGENCIA NOTISIFA) Científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN) evalúa extractos vegetales con propiedades antifúngicas para el control de hongos fitopatógenos que causan enfermedades post cosecha en la planta denominada gladiolo, misma que en el Estado de Morelos ocupa el tercer lugar en la producción de plantas ornamentales.
La doctora en Ciencias Laura Leticia Barrera Necha, catedrática e investigadora del Centro de Productos Bióticos (CEPROBI), indicó que el proyecto reviste especial importancia para los productores del gladiolo en Morelos, toda vez que a causa del hongo fitopatógeno denominado Fusarium oxysporum f. sp. gladioli, se pierde hasta el 80 por ciento de las gemas que darán origen a la planta, cuando están almacenadas.
“Cuando el microorganismo Fusarium oxysporum f. sp. gladioli, infecta los cormos (órganos característicos de los gladiolos donde se encuentra la yema que dará origen a la nueva planta), éstos adquieren una enfermedad llamada fusariosis, que ocasiona pudrición y evita que se produzca la planta”, explicó.
La científica politécnica, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I, refirió que por los estragos que causa ese hongo fitopatógeno es necesario importar los cormos del gladiolo, lo cual eleva su costo y afecta la economía de los productores.
La doctora Barrera Necha indicó que ante tal problemática, el CEPROBI se ha preocupado por el desarrollo de fungicidas naturales que sean biodegradables e inocuos para el ambiente, y de ese modo evitar el uso de fungicidas químicos sintéticos, toda vez que se ha comprobado que además de que han inducido resistencia al microorganismo, son muy tóxicos para los operadores del campo y se acumulan en el suelo y agua.
“Los fungicidas naturales los elaboramos a partir de plantas como: guamuchil, nanche, semilla de jícama, albahaca y huele de noche, las cuales colectamos en el campo y separamos las hojas, tallos y las semillas, mismas que sometemos a un proceso de desinfección, secado y molido para obtener los polvos que se aplican a las plantas en el laboratorio para evaluar su actividad contra el hongo fitopatógeno”, afirmó.
Barrera Necha indicó que los polvos los han aplicado directamente y además los han mezclado con agua, metanol y etanol, a fin de evaluar su efectividad y las variaciones al ponerlos en contacto con diferentes disolventes.
Indicó que de acuerdo con los estudios realizados se ha observado que los polvos protegen a las plantas del gladiolo contra fitopatógenos e insectos, además de que no ocasionan resistencia y son completamente biodegradables. “Hemos evaluado que los polvos de plantas vegetales son capaces de inhibir el crecimiento del fitopatógeno, además de que se frena la germinación de sus esporas, evitando así su reproducción”, apuntó.
La investigadora politécnica comentó que aunque ya se ha constatado la eficacia de los polvos en el laboratorio, éstos se evaluarán a mayor escala en el campo, donde se ajustarán las dosis, tiempos y frecuencia de aplicación.
“Además de las plantas que ya evaluamos, seleccionaremos otras más para determinar su actividad antifúngica, por lo que consideramos que en dos años tendremos los resultados completos y se podrá transferir la tecnología”, concluyó
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