EL CHAPO
Por: Juan Chávez
(AGENCIA NOTISIFA).- Cosas de la religión ... y también de la política, sobre todo cuando están a la vuelta de la esquina las elecciones intermedias para renovar la Cámara de Diputados.
Todos le están jalando a la cobija y todos esperan que, como acto de magia, se les aparezca Joaquín El Chapo Guzmán, el rey de reyes en los cárteles de la droga que traen finto al país y a sus autoridades.
Al arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, por lo menos, ya se le “apareció” El Chapo según el decir de sus feligreses.
En tiempo de elecciones, el tema, con peso específico propio, se mete al proceso que ha arrancado con las campañas de los partidos políticos y eso, a querer o no, es el toque, que faltaba a unos comicios sobre los que ya pesa la crisis económica global que sigue cercenando empleos... a pesar de los cuatro mil que, anunció el Ejecutivo, fueron generados en marzo.
Más como bomba propagandística, cayeron el jueves 23 de abril en el Senado cuatro iniciativas anticrimen, enviadas por el presidente Calderón.
Se dirá, no sin razón, que al cuarto para las doce, fueron presentados tales proyectos de ley, para echarle la culpa al Congreso de la Unión y champarle que no es capaz de hacer su tarea en las últimas tres sesiones del periodo final de la LX Legislatura que el 5 de julio será sustituida por los 500 diputados que resulten electos y que tomarán posesión el 1 de septiembre.
Pero Felipe Calderón requiere de armas jurídicas para sustentar que las Fuerzas Armadas anden en las calles combatiendo al narco crimen y que la acción de las mismas sea más amplia, incluso, sin la venia previa de las autoridades locales.
Las leyes propuestas, son de gran calado y hay que leerlas detenidamente, asimilarlas y luego comentarlas.
Para diputados y senadores entrañan además de una responsabilidad del tamaño de México, porque entran de lleno a los terrenos intocados hasta ahora, de las garantías individuales.
Para llegarles a muchos de los Chapos que sufre el país, hay que ir lejos... pero no de prisa.
¿Un período extraordinario? Sí, lo urgente es necesario, aunque se convierta en papa caliente en los tiempos electores que ya vivimos.
El Chapo Guzmán, por desgracia, es el ariete con que los cárteles del crimen están golpeando las puertas de la legalidad que no deben ser abiertas porque escapa la impunidad.
No es cosa, dicen los analistas, de buscar culpables, mientras los partidos, con sus ases, se desgañitan en una campaña que al grueso de los 78 millones de electores le importa un soberano cacahuate.
No importa ya, siquiera, que el mandatario, ante el atribulado cuadro que seguramente observó, haya tenido que apoyarse en la estrella del PAN Josefina Vázquez Mota para darle a su partido el oxigeno que Germán Martínez no ha sido capaz de darle.
Tampoco importa que el Episcopado Mexicano considere que la pederastia hace más humanos a los curas.
La jerarquía católica, en esa absurda justificación, atropella los mandamientos de la Iglesia que sostuvo “aquí está El Chapo” y las autoridades, según el obispo González Martínez, “no quieren ver”.
Por: Juan Chávez
(AGENCIA NOTISIFA).- Cosas de la religión ... y también de la política, sobre todo cuando están a la vuelta de la esquina las elecciones intermedias para renovar la Cámara de Diputados.
Todos le están jalando a la cobija y todos esperan que, como acto de magia, se les aparezca Joaquín El Chapo Guzmán, el rey de reyes en los cárteles de la droga que traen finto al país y a sus autoridades.
Al arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, por lo menos, ya se le “apareció” El Chapo según el decir de sus feligreses.
En tiempo de elecciones, el tema, con peso específico propio, se mete al proceso que ha arrancado con las campañas de los partidos políticos y eso, a querer o no, es el toque, que faltaba a unos comicios sobre los que ya pesa la crisis económica global que sigue cercenando empleos... a pesar de los cuatro mil que, anunció el Ejecutivo, fueron generados en marzo.
Más como bomba propagandística, cayeron el jueves 23 de abril en el Senado cuatro iniciativas anticrimen, enviadas por el presidente Calderón.
Se dirá, no sin razón, que al cuarto para las doce, fueron presentados tales proyectos de ley, para echarle la culpa al Congreso de la Unión y champarle que no es capaz de hacer su tarea en las últimas tres sesiones del periodo final de la LX Legislatura que el 5 de julio será sustituida por los 500 diputados que resulten electos y que tomarán posesión el 1 de septiembre.
Pero Felipe Calderón requiere de armas jurídicas para sustentar que las Fuerzas Armadas anden en las calles combatiendo al narco crimen y que la acción de las mismas sea más amplia, incluso, sin la venia previa de las autoridades locales.
Las leyes propuestas, son de gran calado y hay que leerlas detenidamente, asimilarlas y luego comentarlas.
Para diputados y senadores entrañan además de una responsabilidad del tamaño de México, porque entran de lleno a los terrenos intocados hasta ahora, de las garantías individuales.
Para llegarles a muchos de los Chapos que sufre el país, hay que ir lejos... pero no de prisa.
¿Un período extraordinario? Sí, lo urgente es necesario, aunque se convierta en papa caliente en los tiempos electores que ya vivimos.
El Chapo Guzmán, por desgracia, es el ariete con que los cárteles del crimen están golpeando las puertas de la legalidad que no deben ser abiertas porque escapa la impunidad.
No es cosa, dicen los analistas, de buscar culpables, mientras los partidos, con sus ases, se desgañitan en una campaña que al grueso de los 78 millones de electores le importa un soberano cacahuate.
No importa ya, siquiera, que el mandatario, ante el atribulado cuadro que seguramente observó, haya tenido que apoyarse en la estrella del PAN Josefina Vázquez Mota para darle a su partido el oxigeno que Germán Martínez no ha sido capaz de darle.
Tampoco importa que el Episcopado Mexicano considere que la pederastia hace más humanos a los curas.
La jerarquía católica, en esa absurda justificación, atropella los mandamientos de la Iglesia que sostuvo “aquí está El Chapo” y las autoridades, según el obispo González Martínez, “no quieren ver”.
En todo caso, que la Iglesia se coma su pan, pero que se provea al jefe del Ejecutivo de las herramientas jurídicas necesarias para acabar con el azote de México y El Chapo, que júrelo, no anda a salto de mata, sea de una vez apresado para ver sí es cierto que, sin él, el narco y sus crimines se desploman.
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