*LA INDUTRIA DE LA VIVIENDA
Por FRANCISCO ROBLES R.
(AGENCIA NOTISIFA) Intervención de la diputada, Angélica Araujo Lara, de la secretaria de la Comisión de Vivienda de esta Cámara de Diputados.
Por FRANCISCO ROBLES R.
(AGENCIA NOTISIFA) Intervención de la diputada, Angélica Araujo Lara, de la secretaria de la Comisión de Vivienda de esta Cámara de Diputados.
Como es de su conocimiento, la Industria de la Vivienda es un factor clave para la generación de empleos en el país.
De hecho, la industria de la construcción y de la vivienda es absolutamente estratégica y es instrumento esencial para el desarrollo de cualquier estado y para enfrentar con éxito cualquier crisis.
Impacta en múltiples rubros de la economía y genera una gran revolvencia de recursos que se reparten entre otros muchos sectores de la industria.
El sector de la construcción en México aporta poco menos del 7% del Producto Interno Bruto (PIB) y genera cerca del 10% del empleo formal, lo que pone de manifiesto su importante aportación a la economía del país.
Adicionalmente, contribuye de manera multiplicada al sano desarrollo del mercado interno nacional, ya que casi la totalidad de los insumos consumidos en esta industria son producidos en el país y genera un importante número de empleos indirectos.
La construcción de vivienda y de edificaciones comerciales e industriales, por su parte, participa con el 61% del PIB del sector.
La necesidad de poseer una vivienda propia, entendida esta como el espacio adecuado para la habitación y sano desarrollo de las familias, está creciendo a lo largo y ancho de la República Mexicana.
Mientras más nos acercamos a la búsqueda de soluciones, a la ampliación de los presupuestos, al impulso de mejores planes y programas, más se abre la brecha para lograr el objetivo.
Hoy en día, los 3 órdenes de gobierno, municipal, estatal, y federal, realizan grandes esfuerzos encaminados a la atención de esta sensible demanda. No son suficientes.
Tengo la firme convicción de que cada ciudadano se encuentra en su total derecho de pedirle a las instituciones públicas que atiendan sus necesidades de vivienda.
Casas, cuyos requisitos para obtenerlas sean alcanzables para todos, especialmente para aquellos que más las necesitan.
Casas, para la población marginada, los núcleos indígenas, las madres solteras, los jóvenes y los que no tienen capacidad de comprobar ingresos.
Debemos y tenemos la obligación moral de apoyar sus necesidades, porque son justas y porque se encuentra en nuestras manos apoyarlos.
Pero principalmente, porque juramos cumplir y hacer cumplir las leyes, comenzando por nuestra Carta Magna.
Nuestra Constitución, es muy clara, todo individuo tiene derecho a una vivienda digna y decorosa.
Como Diputados y Diputadas miembros de esta Comisión nos debe alimentar el impulso de trabajar con ahínco, de profundizar en lo técnico y en lo legal, por conseguir mejores proyectos y condiciones, para dotar de vivienda digna a tantos miles de mexicanas y mexicanos que hoy la necesitan.
En términos de la Política Nacional de Vivienda y de acuerdo con las tendencias demográficas en México, el Gobierno Federal estima que alrededor de 9.5 millones de hogares en el país tienen alguna necesidad de vivienda.
En el próximo cuarto de siglo se requerirá construir 650 mil viviendas por año, en promedio.
Si a la cifra anterior se agrega la demanda de vivienda propia que corresponde a familias que hoy en día carecen de ella, 2.1 millones, podría anticiparse una demanda total de poco más de seis millones de nuevos espacios habitacionales para los seis años proyectados.
Hoy, un trabajador de bajos ingresos cuenta apenas con un crédito INFONAVIT cuyo monto oscila entre los 150 mil y 160 mil pesos, en tanto que el precio de una casa económica se sitúa en alrededor de 195 mil pesos.
En materia de subsidios, resulta preocupante que el presupuesto del 2010 proyecte una disminución de recursos –estimados en poco más de 500 millones de pesos- destinados a personas imposibilitadas para adquirir por las vías tradicionales una vivienda digna y decorosa.
No obstante que para el 2010 se estima que se requieren recursos federales para vivienda por un monto de 18 mil 948 millones de pesos para atender esa real demanda.
En una proyección, se requiere que para el 2010 se asigne dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación, al Programa “Esta es tu Casa” ejecutado por la CONAVI, un presupuesto de 8 mil millones de pesos para otorgar 363,600 financiamientos.
Este es el momento en el que podemos demostrar que el consenso y la suma de voluntades van a ser más fuertes que cualquier reto ante el que nos encontremos.
Vamos a tomar en cuenta la importancia de diseñar esquemas para que familias desprotegidas de los programas tradicionales, puedan acceder a una vivienda digna.
Casas, cuyos requisitos para obtenerlas, sean alcanzables para todos, especialmente, para aquellos que más las necesitan.
Para los que no han sido atendidos y se han dejado en el olvido.
Y para lograrlo se hace necesario que los institutos estatales de vivienda sean escuchados en el seno de la CONAVI, porque éstos conocen mejor que nadie la realidad que viven las familias de los estados y municipios.
Vamos a legislar y a sacar adelante buenos acuerdos.
Privilegiemos las coincidencias y dejemos a un lado las diferencias, despojándonos de intereses de partido en aras de los acuerdos y consensos que le urgen a la sociedad mexicana.
Provenimos de esta sociedad que hoy está en crisis, que lo ha estado por mucho tiempo y que por ello, enfrenta condiciones adversas que lastiman a los mexicanos.
Es por ello que hago votos porque el trabajo en las comisiones sea altamente productivo.
Vale indicar que durante pasada Legislatura se propusieron 26 iniciativas para mejorar el sector, de las cuales tres, se aprobaron, tres se rechazaron y 20 quedaron pendientes.
Enfrentamos la responsabilidad de contribuir con nuestra entrega y tiempo completo para sacar los mejores acuerdos.
Allá afuera hay varios Méxicos donde las condiciones de vida en materia de vivienda, son desiguales.
Allá afuera, hay condiciones urgentes que afectan a la población y reclaman nuestra atención.
Provenimos de esos muchos Méxicos que no debieran reflejar tantas diferencias.
Señoras y señores: el diálogo y los acuerdos serán claves en el trabajo de las comisiones del Legislativo.
La realidad inmediata exige respuestas y hechos. Este es nuestro reto.
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