¿QUÉ NEGOCIAR?
Por: Juan Chavez
(AGENCIA NOTISIFA) Este fin de semana se sabrá de qué color pinta el colorado, que más bien es azul. O para decirlo al estilo SME, de qué cuero van a salir más correas.
Claro que lo deseable, es que en la mesa de negociación con los “cinco notables” demandados por Martín Esparza, ex dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, surja aunque sea un acuerdito que frene las manifestaciones del bragado gremio, que ponen a temblar a la ciudad de México.
Lo único que le queda al SME es su registro sindical, que a lo mejor ya ni ese existe, ante la inexistencia de la empresa que le dio vida, Luz y Fuerza del Centro, y el recién desconocimiento de Esparza como dirigente de la agrupación, por parte de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Así, las cosas ¿con quién va a negociar el secretario de Gobernación? ¿Acaso, según lo ha dictado el secretario del Trabajo, no es ya un cadáver sindical Martín Esparza?
Cómo que no queda muy claro qué va a negociarse. Sobre todo, en un plan por detener la oleada de los electricistas que todavía controla Martín, cabe pregunta ¿qué va a ceder el gobierno de Felipe Calderón?
Sin ante los “cinco notables” el gobierno va a mantener su decisión de “ni un paso atrás” en la extinción de LyFC, pues cómo que el resultado tendrá tintes catastróficos, pues sólo servirá para pintar al gobierno panista como un sordo que no escucha “las demandas de los obreros”.
La mesa de diálogo podrá entrar al colectivo imaginario como una mesa invisible, que no se vio para nada, aunque en ella se hayan sentado celebridades del calibre del rector de la UNAM, José Narro y del director del IPN, doctor Villa.
Los coordinadores del PAN, PRI y PRD en el Senado, los otros tres notables, son meras figuras decorativas en la tramoya exigida por Martín Esparza y ante la que Fernando Gómez Mont se doblegó bajo la cobija de que el presidente Calderón no se cierra al diálogo, y menos con “aquellos que quieran dialogar con el gobierno”.
La mesa va a convertirse, quizá, en un trampolín desde el que la figura del rector salga catapultada hacia niveles donde pueda exigir mayores recursos para la educación superior y la investigación científica y tecnológica.
Eso, al final del día, habrá que agradecérselo a Martín, que muy difícilmente sacará raja de esta “mesa invisible”, programada para llevarse a cabo el fin de semana que comienza mañana sábado.
Hoy viernes, por lo pronto, los electricistas de Martín, con miles de acarreados de esa empresa que se conoce como la “industria de las protestas” y que no se sabe quién maneja, va armar un San Quintín en la ciudad de México, con eso que llama “la toma pacífica de la ciudad”.
Por las autopistas y carreteras que confluyen a la ciudad capital, se anuncia la entrada de manifestantes venidos, incluso, de tierras lejanas como Tijuana.
Los miembros descontentos del SME, finalmente, van a medir fuerzas con el gobierno de Calderón. Sin máscaras, quizá, empezará la auténtica lucha de vencidas. El ciudadano de a pie, usted y yo, vamos a quedar en medio, tragándonos el camote que el gobierno calderonista y el SME nos receten.
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