*LLAMADOS A LA UNIDAD
Lic. L. René Martínez Souvervielle Rivera.
(AGENCIA NOTISIFA) La evidente descomposición del partido político en el poder, fue causa de que el Presidente Calderón tuviera que diseñar, planear y utilizar la fuerza del gobierno federal para intervenir en las elecciones del mes de julio pasado, promoviendo inclusive la alianza entre el PAN y el PRD para derrotar al PRI, logrando la victoria en los estados de Oaxaca, Puebla y Sinaloa, que reduce la posibilidad de que el PRI pueda contender con éxito en las elecciones presidenciales.
Metido hasta el cuello en la guerra partidista, en que su participación directa fue manifiesta e inclusive sancionada por las autoridades electorales judiciales, provocando una polarización peligrosa e inmanejable, generando inclusive repudio al llamado de unidad, de armonía y de conjunción de esfuerzos por parte del Presidente Calderón en contra del narcotráfico y de la delincuencia organizada, que en el período electoral repuntó inclusive con asesinatos de índole político.
El ambiente electoral contaminado ha influido, en la actitud de la población que se manifiesta negativa, puesto que a pesar de la manifestación reiterada de Felipe Calderón de que la economía nacional se recupera, la realidad golpea en la carencia de los empleos necesarios, en la pobreza que se incrementa en los aumentos continuos de la gasolina, del gas doméstico, que merma la escasa posibilidad de que el pueblo pueda alimentarse mejor, por la carestía que existe.
La apreciación que se tiene, es que son muchos los objetivos que se persiguen y pocos los logros que se tienen. Además de que se insiste en privilegiar la amistad sobre la eficacia y eficiencia en el desempeño de sus colaboradores, como es el caso de la sustitución del titular de la Secretaría de Economía, por otro amigo, pero también sin experiencia.
El haberse involucrado en la actuación del partido político al que pertenece, abandonando por tanto la imparcialidad, que es la esencia del papel de un jefe de estado, ha perdido la buena relación con las diferentes corrientes políticas, lo que le acarreará al Presidente Calderón, problemas de muy diversa índole al momento de tomar decisiones cruciales, por no contar con la solidaridad, la armonía y el diálogo, como instrumentos de un buen gobierno.
En diciembre del 2006, nadie, incluyendo al señor Presidente, se imaginó que la guerra en contra del narcotráfico iba a llevarnos, 4 años después, a una situación de matanzas y sangre sin límite, en que el enemigo a vencer no ceja un ápice en su lucha, permitiendo el que aflore la corrupción en los cuerpos policíacos, corrupción en algunos de los funcionarios de los tres niveles de gobierno y a la insuficiencia de las fuerzas armadas, no por falta de valor, sino que enfrenta una guerra con armas menos poderosas de las que usan los cárteles de la droga.
El Presidente de la República, asumió por decisión personal, el iniciar la confrontación con el narcotráfico, suponiendo que sería un paseo el confinar y derrotar a la criminalidad. Ahora, pide el Presidente el apoyo y solidaridad de la ciudadanía y señala que la lucha requiere de la corresponsabilidad de los que ejercen el Poder en los tres niveles de gobierno. Que la lucha es de todos, decimos que es indispensable, si queremos vencer al narcotráfico, creemos que para lograr esa solidaridad, dicha invitación debió de haber sido hecha oportunamente, antes de iniciar el choque frontal con el narcotráfico.
De cualquier manera, como resultado de la invitación y participación, expresamos nuevamente nuestro personal punto de vista, humilde, pero propositivo:
a.- No debemos esperar que los Estados Unidos sancionen e impidan la exportación de armas a México, puesto que la venta de armas a nivel mundial es unos de los negocios más importantes para ese país.
Por ello proponemos, que con nuestros propios medios, implementemos una estricta vigilancia en las fronteras de nuestro país y en los litorales marinos, para llevar a cabo la confiscación de las armas que ingresen ilegalmente al país, provenientes del extranjero.
b.- La reestructuración de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, para que a la mayor brevedad posible se instrumente la creación de las policías estatales y la inclusión de las policías municipales, para que fortaleciéndoles económicamente y capacitándolas, se armonicen y se coordinen en un frente común en contra del narcotráfico y de la delincuencia organizada, efectuándose desde luego, en forma previa, la debida y necesaria depuración para eliminar los elementos corruptos.
c. El ataque frontal, para incautar el dinero del narcotráfico, para lograr que pierdan, por falta de dinero, su eficacia.
Estos puntos, si son objeto de la atención del Presidente de la República, le podrían producir logros significativos en lo que resta de su administración.
Estamos inmersos en un período que está pleno de eventos electorales, deseando por ello, que no caiga en la tentación de meter la mano en dichos procesos electorales. Debe de tener en mente que lo necesario y urgente, es el reestablecer la seguridad del ciudadano y la de su familia.
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