Por Nicolás Durán de la Sierra
(AGENCIA NOTISIFA) Al largo rosario de problemas que enfrenta el flamante alcalde Jaime Hernández Zaragoza debe sumársele uno nuevo, uno que hasta se puede antojar jocoso: la reticencia del general Urbano Pérez Bañuelos para dejar la dirección de la policía de Cancún porque él cree -se dice- que no hay sitio mejor para la siesta que las oficinas de la comandancia.
No obstante, la situación en realidad dista mucho de ser risible. Según información del propio instituto policial, en el poco más de un año que este militar en retiro lleva al frente de la Seguridad Pública Municipal –entró en junio del 2009-, el índice delincuencial de Cancún se elevó en más de un 70 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior.
La información dada a conocer recién por el periódico Por Esto! de Quintana Roo (sin que nadie la haya desmentido, por cierto, hasta donde se sabe), en el sentido de que el funcionario está ligado al crimen organizado, en concreto a los Zetas, según el diario, no tendría porqué asombrar a nadie si se consideran la suerte tanto de su antecesor en el cargo, Ricardo Velasco Delgado, como la de su empleador original, Gregorio Sánchez Martínez, ambos recluidos en el penal de Nayarit por delitos contra la salud.
Es de suponerse que la información publicada, con base en pesquisas de la SIEDO, proviene de la inteligencia militar, con lo que se trata de una suerte de fuego amigo que el edil bien puede utilizar para apurar la salida de este funcionario, so pena de permitir se expanda el peligroso tumor que afecta tanto a la seguridad pública de Cancún como a la estabilidad de su propio gobierno.
El alcalde se encuentra en una verdadera caja de cristal y todas sus acciones son revisadas hasta con lupa, sobre todo por aquellos que aún le disputan el poder. La inclusión de Pérez Bañuelos en el gabinete, como la de Carlos Cornelio González, inhabilitado para ocupar cargos públicos, en la cartera de Asuntos Jurídicos, no abonan nada a su favor y si dan pie para insidias burocráticas.
Ahora bien, ya que se toca el tema de las revisiones con lupa, resulta que Concepción Colín Antúnez se encuentra bastante preocupada porque Cosaco, su empresa fumigadora, no ha podido cobrar al Municipio de Benito Juárez por sus finos servicios. No se trata de cualquier cantidad, que en ella no hay pobrezas, sino de las que se escriben con seis ceros.
Cierto es que esta empresa bien peinada y mejor parada en la Oficialía Mayor que tenía la dupla Viveros-Latifa, cobra muy bien por sus servicios, ¡pero hay que ver qué calidad! De entrada, sus fumigaciones son selectivas: ninguno de sus allegados ha resultado afectado, aunque hay ediles que acusan mareos pasajeros. Hay quienes dicen que eso es debido a que comen los quesos que ella vende en la Sala de Cabildos, pero han de ser chismes.
Lo real es que está preocupada, y que su gran tensión la canaliza organizando mini asonadas entre los regidores que sueñan con el río revuelto de la ingobernabilidad. Como bien lo dijo el sabio Minotauro, las facturas políticas de Gregorio apenas comienzan a salir a la luz. Si la lupa se aplica con rigor, pocos regidores y sus negocios saldrán incólumes.
A punto de regresar a su laberinto, cual compete a los de Minos -célebre cual inexistente isla pensada en el Egeo-, esta helena quimera es traída de nuevo por el vociferante obispo Pedro Pablo Elizondo: “Yo creo que estamos llegando al momento en el que la justicia tiene que ser transparente y que se diga la verdad en los medios”.
Joder. ¿Entonces antes, por ejemplo entre la grey de los Legionarios, no se decía la verdad a los medios? Ah, pillines, con razón todavía no acaba el escándalo sexual de aquellos santos varones, que tenían una justicia bastante opaca.
"Necesitamos madurez en la ciudadanía y en los medios de comunicación –ataca el prelado-, para que ya no se dejen engañar; son ustedes (al parecer los periodistas) los que están propiciando la corrupción".
Éste es un galimatías digno de Latifa, especialista en dar a las palabras valores inusitados. Así que son los inmaduros medios los que se dejaban engañar, pero ya no lo deben hacer para no propiciar la corrupción y por ende, llegar a la sazón; en caso de que se trate de un medio, digamos madurón, pues que se deje engañar poco, nada más para dar color púrpura a la noticia, en caso de cubrir las fuentes eclesiales.
Añadió: “En otros países la justicia se aplica, y si alguien no imparte la justicia se les quita el cargo y se asignan otros que sí sean justos, pero aquí no pasa nada”.
Lo bueno es que en Roma, por ejemplo, sí la aplican: ya defenestraron por gótico tragaluz a Álvaro Corcuera, jefe de los Legionarios, y lo sustituyeron por Velasio De Paolis, especialista en finanzas, para que continúe con el arqueo de la tesorería de la orden –en todos lados se cuecen habas-, a la que se acusa de multimillonario desvío de recursos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario