*¿QUIÉN QUIERE SER POLICÍA?
Por: Juan Chavez
(AGENCIA NOTISIFA) La apuesta ahora, según se observa, es incrementar el salario a los policías de a pie.
Existe la pretensión de que en tal forma, se alejará a los elementos policíacos de la tentación de ser comprados por los cárteles de la droga.
Está también la iniciativa de ley del presidente Calderón con la intención de despenalizar el consumo de estupefacientes y levantar un valladar al extraordinario negocio que tan ilícito comercio entraña.
Uno y otro caso no van a solucionar nada. Primero, los policías preventivos o auxiliares, en el caso del Distrito Federal siempre han tenido percepciones de hambre. Regularmente se han hecho policías aquellos jóvenes que de cercanos o lejanos poblados arriban a las grandes urbes en busca del sueño mexicano.
Sin preparación, la masa emigrante del campo tiene que conformarse con lo único donde no le ponen pero: las agrupaciones de policías. La capacitación, es cuestión del después y esa es una de las razones por las que no aprenden o les da miedo disparar.
Hay, sin embargo, una cuestión toral: los policías tienen que adquirir, de su propio peculio, arma y cartuchos.
Eso se da en la mayor parte de las agrupaciones a que pertenecen los 370 mil policías, municipales, estatales y federales.
La semana pasada, Excélsior denunció que “casi la mitad de la policía gana mal” y que las exiguas remuneraciones son de 167 pesos al día”, lo que es buen pretexto para que los uniformados justifiquen las “mordidas”.
Hay excepciones. Los policías federales ganan un promedio de 11 mil 600 pesos al mes y los de Tamaulipas son los “mejor pagados” con 11 mil 950.
Los policías del DF quieren ganar entre 12 y 15 mil pesos mensuales y en tal dirección va su demanda al gobierno de Marcelo Ebrard.
Por: Juan Chavez
(AGENCIA NOTISIFA) La apuesta ahora, según se observa, es incrementar el salario a los policías de a pie.
Existe la pretensión de que en tal forma, se alejará a los elementos policíacos de la tentación de ser comprados por los cárteles de la droga.
Está también la iniciativa de ley del presidente Calderón con la intención de despenalizar el consumo de estupefacientes y levantar un valladar al extraordinario negocio que tan ilícito comercio entraña.
Uno y otro caso no van a solucionar nada. Primero, los policías preventivos o auxiliares, en el caso del Distrito Federal siempre han tenido percepciones de hambre. Regularmente se han hecho policías aquellos jóvenes que de cercanos o lejanos poblados arriban a las grandes urbes en busca del sueño mexicano.
Sin preparación, la masa emigrante del campo tiene que conformarse con lo único donde no le ponen pero: las agrupaciones de policías. La capacitación, es cuestión del después y esa es una de las razones por las que no aprenden o les da miedo disparar.
Hay, sin embargo, una cuestión toral: los policías tienen que adquirir, de su propio peculio, arma y cartuchos.
Eso se da en la mayor parte de las agrupaciones a que pertenecen los 370 mil policías, municipales, estatales y federales.
La semana pasada, Excélsior denunció que “casi la mitad de la policía gana mal” y que las exiguas remuneraciones son de 167 pesos al día”, lo que es buen pretexto para que los uniformados justifiquen las “mordidas”.
Hay excepciones. Los policías federales ganan un promedio de 11 mil 600 pesos al mes y los de Tamaulipas son los “mejor pagados” con 11 mil 950.
Los policías del DF quieren ganar entre 12 y 15 mil pesos mensuales y en tal dirección va su demanda al gobierno de Marcelo Ebrard.
Las bandas del narcotráfico no compran policías comunes. Claro que tienen a muchos en sus nóminas. Pero les interesan más aquellos que les dan pitazos o que de plano se suman como sus cómplices en sus estructuras organizativas.
En Culiacán, a un ejecutivo medio del área administrativa, que recientemente fue a verificar como andaban las cosas de la PGR en la materia, agentes y empleados administrativos, de plano, le pidieron:
-De perdiz, licenciado, páguenos lo que el narco paga a su gente. Ante una realidad de ese peso y de esos pesos ¿qué?
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