*NI QUE FUERAN PEPITAS
Por: Juan Chavez
(AGENCIA NOTISIFA) El sector empresarial se comprometió a crear un millón de empleos este 2010 y el presidente Calderón le tomó la palabra.
Como si fueran pepitas, de esas que con cinco centavos los viejos comprábamos para recetárnoslas en la función del cine de la barriada, así se habla ahora de esa estratosférica cifra de nuevos puestos de trabajo.
Pareciera, de plano, no tenerse la menor idea de la enorme inversión que una acción de ese tipo entraña.
“Crear más y mejores plazas laborales para los mexicanos”, dijo el mandatario al aceptar el pacto surgido por parte de la cúpula empresarial en la Asamblea General Ordinaria de la Concanaco. Eso no está mal, como proyecto suena bien.
Llevarlo a cabo es el quid. No es tan sencillo ni simple como planteado en el discurso-compromiso de la cúpula empresarial. Y no es porque las condiciones pedidas a cambio puedan o no ser despachadas por el Congreso de la Unión.
Pueda ser que lo de menos, sea las reforma hacendaria demandada por el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), Mario Sánchez Ruiz para generar “condiciones de competitividad que permitan a las empresas participar en el concurso internacional”.
El chiste, la cuestión central reside en la millonaria inversión que requiere la creación de “un millón de empleos dignos y bien remunerados este año”.
¿Tiene usted, amable lector, imagen de lo que hay que invertir por empleo “digno y remunerador”? Más de un millón de pesos por cada puesto de trabajo. Estamos hablando, sí, de más de un billón de morlacos. Un millón de millones de pesos, para que quede claro.
Es mucha lana. Algo así como la tercera parte del presupuesto que este año está ejerciendo el gobierno calderonista o poco menos de la décima parte del PIB, que el año pasado se vio castigado con un crecimiento negativo de casi menos 7 %.
¿A poco de veras hay que creer que los señores de la lana, se van a deshacer de tanto dinero nomás para que Calderón se ponga el saco de Presidente del empleo a que se comprometió en campaña ¿Gastarán los patrones más de 100 mil millones por mes en los nueve meses que le quedan a 2010?
Para mí, que el pacto IP-Calderón, hecho a la luz de pleno día, va a resultar un pedazote de pura verborrea y una mentira más que nos recetan el gobierno y sus incondicionales del sector privado. Una mentira más frustrante que la que fabricaron los dirigentes nacionales del PAN y del PRI.
Por añadidura, en la misma ocasión, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, se despacho con la cuchara grande anunciando que este mes hará llegar al Congreso la tan esperada reforma a la Ley Federal del Trabajo que “no tocará el 123 de la Constitución”.
Si contempla, en cambio, el trabajo a destajo y al grito de ¡viva la competitividad”, buscarle tres pies al gato para hacer más con menos y de mejor calidad. Pagar por semana, por día y hasta por hora. Explotar inmisericorde, al mil usos, hasta que ya no de de sí.
Por: Juan Chavez
(AGENCIA NOTISIFA) El sector empresarial se comprometió a crear un millón de empleos este 2010 y el presidente Calderón le tomó la palabra.
Como si fueran pepitas, de esas que con cinco centavos los viejos comprábamos para recetárnoslas en la función del cine de la barriada, así se habla ahora de esa estratosférica cifra de nuevos puestos de trabajo.
Pareciera, de plano, no tenerse la menor idea de la enorme inversión que una acción de ese tipo entraña.
“Crear más y mejores plazas laborales para los mexicanos”, dijo el mandatario al aceptar el pacto surgido por parte de la cúpula empresarial en la Asamblea General Ordinaria de la Concanaco. Eso no está mal, como proyecto suena bien.
Llevarlo a cabo es el quid. No es tan sencillo ni simple como planteado en el discurso-compromiso de la cúpula empresarial. Y no es porque las condiciones pedidas a cambio puedan o no ser despachadas por el Congreso de la Unión.
Pueda ser que lo de menos, sea las reforma hacendaria demandada por el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), Mario Sánchez Ruiz para generar “condiciones de competitividad que permitan a las empresas participar en el concurso internacional”.
El chiste, la cuestión central reside en la millonaria inversión que requiere la creación de “un millón de empleos dignos y bien remunerados este año”.
¿Tiene usted, amable lector, imagen de lo que hay que invertir por empleo “digno y remunerador”? Más de un millón de pesos por cada puesto de trabajo. Estamos hablando, sí, de más de un billón de morlacos. Un millón de millones de pesos, para que quede claro.
Es mucha lana. Algo así como la tercera parte del presupuesto que este año está ejerciendo el gobierno calderonista o poco menos de la décima parte del PIB, que el año pasado se vio castigado con un crecimiento negativo de casi menos 7 %.
¿A poco de veras hay que creer que los señores de la lana, se van a deshacer de tanto dinero nomás para que Calderón se ponga el saco de Presidente del empleo a que se comprometió en campaña ¿Gastarán los patrones más de 100 mil millones por mes en los nueve meses que le quedan a 2010?
Para mí, que el pacto IP-Calderón, hecho a la luz de pleno día, va a resultar un pedazote de pura verborrea y una mentira más que nos recetan el gobierno y sus incondicionales del sector privado. Una mentira más frustrante que la que fabricaron los dirigentes nacionales del PAN y del PRI.
Por añadidura, en la misma ocasión, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, se despacho con la cuchara grande anunciando que este mes hará llegar al Congreso la tan esperada reforma a la Ley Federal del Trabajo que “no tocará el 123 de la Constitución”.
Si contempla, en cambio, el trabajo a destajo y al grito de ¡viva la competitividad”, buscarle tres pies al gato para hacer más con menos y de mejor calidad. Pagar por semana, por día y hasta por hora. Explotar inmisericorde, al mil usos, hasta que ya no de de sí.
La sustracción de prestaciones a la masa laboral, es el grito de la iniciativa, nada lozana, que Lozano se apresta a promover ante diputados y senadores. ¿Pasará? La lideresa del PRI, Beatriz Paredes, en la asamblea de la CROC, hace unos días, gritó a los cuatro vientos que el tricolor no aprobará nada que atente contra los sagrados derechos de los trabajadores.(
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