*RUINA ECONÓMICA, DESGOBIERNO Y CAOS EN BENITO JUÁREZ
Por José Hugo Trejo
(AGENCIA NOTISIFA) Las huellas indelebles de “El Chacho” y “Greg” a su paso por el palacio municipal de Cancún con las tribus perredistas
El escenario en el gobierno municipal de Benito Juárez es muy semejante al que prevaleció en los finales del periodo del ayuntamiento 2002-2005, que encabezó originalmente Juan Ignacio García Zalvidea, a quien sustituyó de manera temporal la actual diputada del Partido Verde Ecologista de México, PVEM, Marisol Avila Lagos, como presidente de un Consejo Municipal que tuvo sólo algunas semanas de vigencia, y que concluyó manejando el entonces abogado chachista Carlos Canabal.
Es un escenario caótico. De disputa por el poder municipal o lo que queda de él, un día unas horas o meses de lidiar con una administración en quiebra y fiscalizada.
Hace seis años la quiebra financiera y la sospecha de malversación de los recursos del ayuntamiento benitojuarense por más de 150 millones de pesos, fueron el pretexto al que recurrió el Congreso del Estado para declarar la desaparición de poderes en el municipio referido y designar a un consejo municipal que sustituyó por unas semanas al gobierno de “El Chacho” García Zalvidea, ya que este tras ser enjuiciado políticamente y encarcelado, fue liberado y reinstalado en la presidencia municipal de Benito Juárez por un juez federal.
Sin embargo, el caos económico y político en el ayuntamiento de Benito Juárez no fue eliminado con el retorno de “El Chacho” García Zalvidea y sí en cambio se agudizó la crisis financiera y de gobierno, cuando buscando refugio en el Partido de la Revolución Democrática, PRD, le entregó la administración del municipio a su abogado Carlos Canabal, quien junto con las tribus perredistas locales y nacionales, hizo y deshizo hasta dejar en la completa bancarrota al multicitado gobierno municipal.
De hecho el desfalco ocasionado por García Zalvidea al municipio Benito Juárez aún no se subsana y siguen corriendo los procesos judiciales que tienen al expresidente municipal y a otros involucrados con el alma en un hilo.
Pues bien ese escenario se comenzó a reeditar desde que la Procuraduría General de la República, PGR, aprehendió y recluyó en un penal del estado de Nayarit al presidente municipal Gregorio Sánchez Martínez, quien ya andaba de candidato del PRD por la gubernatura de Quintana Roo cuando lo detuvieron.
En su lugar, luego de haber pedido licencia para retirarse temporalmente del cargo de presidente municipal y dedicarse a la campaña por la gubernatura, se quedó como encargada de despacho la regidora Latifa Musa Simón quien tomó las riendas del ayuntamiento sólo y hasta que “Greg” Sánchez Martínez fue detenido y encarcelado bajo la acusación de estar involucrado en delitos de crimen organizado y lavado de dinero procedente del narcotráfico, entre otros delitos.
Y digo que sólo hasta la aprehensión de “Greg” Sánchez Martínez fue que la encargada del despacho de la Presidencia Municipal de Benito Juárez tomó las riendas de la administración, porque sólo hasta que ocurrió tal evento fue que el tesorero Carlos Trigos, soltó las riendas del manejo de las economías municipales para poner pies en polvorosa y desaparecer de la escena pública benitojuarense.
Sin embargo, al vencerse el plazo de la licencia de “Greg” Sánchez Martínez y estar imposibilitado para retornar al ayuntamiento, le corresponde al presidente municipal suplente Jaime Hernández Zaragoza, sustituirlo y tomar posesión del cargo para concluir el periodo constitucional que vence en abril del próximo año.
El cambio en la presidencia municipal benitojuarense se antojaba sin problemas entgre correligionarios de un mismo partido; pero, como lo hemos dicho en este espacio reiteradamente, en los partidos de oposición, ya sea PAN o PRD, las diferencias entre los dirigentes y militantes distinguidos que se disputan el control son más serias y marcadas que las que deberían existir con quienes son sus adversarios de otros partidos.
De ahí pues que de nueva cuenta, las tribus perredistas que sienten que esta es su última oportunidad para ver que le sacan al maltrecho ayuntamiento benitojuarense, se pelean con todo los despojos que le quedan a la administración municipal, exhibiendo de manera por más que grotesca el cobre político con el que han pretendido deslumbrar a la sociedad quintanarroense en lo general, lográndolo en mayor grado en algunos sectores importantes de la comunidad benitojuarense, que en dos ocasiones han confiado en representantes opositores los destinos de este municipio tan estratégico para la entidad y el país.
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